lunes, 22 de febrero de 2010

Alexander Fleming y la Penicilina

Alexander Fleming (6 de agosto de 1881 – 11 de marzo de 1955) fue un científico escocés famoso por descubrir la enzima antimicrobiana llamada lisozima y del antibiótico penicilina obtenido a partir del hongo Penicillium chrysogenum.

Fleming nació en Ayrshire, Escocia y murió en Londres, Inglaterra, a los 74 años. Trabajó como médico microbiólogo en el Hospital St. Mary de Londres hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial. En este hospital trabajó en el Departamento de Inoculaciones dedicado a la mejora y fabricación de vacunas y sueros. Almorth Edward Wright, secretario del Departamento, despertó el interés de Fleming por nuevos tratamientos para las infecciones.



Las penicilinas son antibióticos del grupo de los betalactámicos empleados profusamente en el tratamiento de infecciones provocadas por bacterias sensibles. La mayoría de las penicilinas son derivados del ácido 6-aminopenicilánico, difiriendo entre sí según la sustitución en la cadena lateral de su grupo amino. La penicilina G o bencipenicilina fue el primer antibiótico empleado ampliamente en medicina


domingo, 21 de febrero de 2010

La automedicación.

La Secretaría Salud advierte que automedicarse puede traer serias consecuencias para las personas, pues puede provocar desde una simple alergia hasta la muerte, según asegura Víctor Luján Galván, responsable del área de Innovación y Calidad de la Jurisdicción Sanitaria VI.

Víctor Lujan Galván aconseja a las personas, sobre todo a las madres de familia, a ingerir o proporcionar medicamentos recetados por un especialista, pues la población más vulnerable son los menores de edad.




Fuente: http://www.elsiglodetorreon.com.mx/noticia/195158.consejos-automedicarse-tiene-graves-consecuen.html

lunes, 15 de febrero de 2010

Uso inadecuado de los medicamentos.

 El uso inadecuado de expectorantes, antitusígenos y mucolíticos para la tos y resfrío, pueden empeorar la salud de los niños y por eso solo deben emplearse por estricta indicación de un médico.

 Estos productos, que muchas veces se adquieren directamente en las farmacias, provocan efectos no deseados y gastos innecesarios, pues a veces se emplean para determinadas patologías que no necesariamente son el resfrío.
 La Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas (Digemid) del Minsa advirtió que algunas presentaciones de expectorante o antitusígenos contienen componentes que los hacen potencialmente peligrosos poniendo en riesgo la salud y vida de los niños.
 Los medicamentos antitusígenos (para el control de la tos) presentan efectos secundarios como la sedación, sueño, mareo y retienen las secreciones, y en algunos casos no es recomendable su uso, ya que la tos es un proceso fisiológico normal y necesario para expulsar las secreciones acumuladas en las vías respiratorias.
 Los expectorantes, usados para expulsar las secreciones, pueden causar más intensidad de la tos causando preocupación en la madre, también pueden causar irritación de la garganta y provocar vómitos.
 Digemid señaló que muchas personas ven a los niños como adultos pequeños, y piensan que dar un medicamento puede no afectarles, pero ellos son más vulnerables y la administración de medicamentos siempre debe ser en función al peso del niño, por eso es imprescindible consultar con un médico.

En la actualidad se aconseja no usar antitusígenos ni expectorantes en niños y si presentan cuadros de tos, aumentar los líquidos a los niños mayores de seis meses, a fin de ayudarlos a fluidificar las secreciones y puedan expectorarlas. Mientras que lo mejor para los bebés es continuar con la lactancia materna exclusiva.

lunes, 8 de febrero de 2010

LA MEDICINA ROMANA

La medicina romana era esencialmente griega, pero los romanos hicieron tres contribuciones fundamentales:
1) los hospitales militares,
2) el saneamiento ambiental, y
3) la legislación de la práctica y de la enseñanza médica.

1) Los hospitales militares o valetudinaria se desarrollaron como respuesta a una necesidad impuesta por el crecimiento progresivo de la República y del Imperio. Al principio, cuando las batallas se libraban en las cercanías de Roma, los enfermos y heridos se transportaban a la ciudad y ahí eran atendidos en las casas de los patricios; cuando las acciones empezaron a ocurrir más lejos, sobre todo cuando la expansión territorial sacó a las legiones romanas de Italia, el problema de la atención a los heridos se resolvió creando un espacio especialmente dedicado a ellos dentro del campo militar. La arquitectura de los valetudinaria era siempre la misma: un corredor central e hileras a ambos lados de pequeñas salas, cada una con capacidad para 4 o 5 personas Estos hospitales fueron las primeras instituciones diseñadas para atender heridos y enfermos; los hospitales civiles se desarrollaron hasta el siglo IV d.C., y fueron producto de la piedad cristiana.

2) El saneamiento ambiental se desarrolló muy temprano en Roma, gracias a las obras de la cloaca máxima, un sistema de drenaje que se vaciaba en el río Tíber y que data del siglo VI a.C. En la Ley de las Doce Tablas (450 a.C.) se prohiben los entierros dentro de los límites de la ciudad, se recuerda a los ediles su responsabilidad en la limpieza de las calles y en la distribución del agua. El aporte de agua se hacía por medio de 14 grandes acueductos que proporcionaban más de 1 000 millones de litros de agua al día, y la distribución a fuentes, cisternas y a casas particulares era excelente, pero en los barrios menos opulentos no tan buena.
El agua se usaba para beber y para los baños, una institución pública muy popular y casi gratuita; también se colectaba el agua de la lluvia, que se usaba para preparar medicinas. En general, las condiciones de higiene ambiental en Roma eran tan buenas como podía esperarse de un pueblo que desconocía por completo la existencia de los microbios.

3) Durante la República la mayoría de los médicos eran esclavos o griegos, o sea, sujetos en una posición subordinada, pero en el Imperio (ca. 120 d.C.) Julio César concedió la ciudadanía a todos lo que ejercieran la medicina en Roma.